Un raro espectáculo y cada vez más frecuente se puede observar en la isla de Tierra del Fuego, son las castoreras, producidas por los importados castores, una de las varias especies introducidas en la isla que tanto daño hace al bosque fueguino, ya que ahoga al mismo, secando los árboles que quedan encerrados dentro de sus grandes diques, los que construyen con palos de los árboles que cortan con sus afilados dientes. Esta especie no tiene depredadores naturales y ha proliferado de manera alarmante.
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